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EL GRAN CHACO
PARAGUAYO

Departamentos: Presidente Hayes,
Boquerón y Alto Paraguay

El Chaco paraguayo es una vasta planicie casi mística, indómita, rica en biodiversidad, con una naturaleza salvaje, una impresionante diversidad cultural y un terreno ventajoso para la inversión. Abarca más del 50% del territorio del Paraguay, pero apenas concentra el 5% de su población. Con 246.925 km², es tan extenso como Ecuador (283.560 km²), e incluso más grande que Uruguay (176.215 km²).

La región se prepara para ser un importante hub logístico regional, con la construcción del Corredor Vial Bioceánico, que permitirá la unión de los océanos Atlántico (Brasil) y Pacífico (Chile), pasando por Argentina.

El Chaco paraguayo forma parte del Gran Chaco Americano, que comprende parte de los territorios de Paraguay, Bolivia, Argentina y Brasil.

Está asentado sobre lo que fue un gran mar en el periodo silúrico-devónico, es decir, unos 400 millones de años atrás, y sobre otro mar, hace unos 15 millones de años, que es el que originó la gran planicie del Chaco. Los vestigios están dados por la salinidad de sus aguas y suelo. Los yacimientos de yeso al norte del departamento de Boquerón son evaporitas (rocas) de origen marino.

El Gran Chaco es una región con una amplia diversidad cultural, religiosa y lingüística. Desde tiempos ancestrales, ha sido una zona de intercambio y mezcla cultural. En la actualidad, conviven en ella 15 pueblos indígenas, colonos menonitas, paraguayos, inmigrantes brasileños y otros pobladores.

Originariamente, aquí vivían tres familias lingüísticas con diez grupos tribales, también llamadas etnias. La parte central del Chaco paraguayo ocupaban los grupos de los Maskoy. Estos se subdividen en Lengua, Toba Qom, Sanapaná, Angaité y Guaná, todos dialectos de origen lingüístico común. En el sur estaban los Mataco, de los cuales tres grupos vivían al norte del río Pilcomayo: a los Nivaclé, los Choroti y los Macá. El norte chaqueño pertenecía a dos grupos de la familia Zamuco, los Chamacoco y los Ayoreo Totobiegosode.

En la zona norte chaqueña hay grupos de Ayoreo, también llamados silvícolas, que siguen habitando en su territorio ancestral y jamás han sido contactados.

En la región se tienen los asentamientos de dos grandes comunidades indígenas, la Comunidad Enxet Sur, Aldea 20 de Enero – El Estribo, en el distrito de Teniente Irala Fernández, a unos 418 km de Asunción, que brinda una experiencia de turismo comunitario. Aquí se puede visitar el Centro de Artesanía, hacer recorridos guiados por los senderos interpretativos, y explorar una laguna escondida en medio de la exuberante vegetación; y la Comunidad Indígena Santa Teresita, ubicada sobre la Ruta Transchaco PY09, a 520 km de Asunción. En el sitio viven más de mil nativos de diferentes parcialidades. Aquí el Papa Juan Pablo II oficio una misa durante su visita a Paraguay en 1988. En el mes de febrero, la comunidad realiza la Fiesta Arete Guasú (Feriado Grande) de la Gran Nación Guaraní, en donde los nativos lucen extraordinarios disfraces y máscaras.

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Dada la variedad de aristas y los misterios que encierra la Región Occidental, la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) proyectó y habilitó el Centro de Interpretación del Gran Chaco Americano (CIGChA). Es un complejo ubicado a 12 km del casco urbano de Filadelfia, la capital del Departamento de Boquerón, a 468 km de Asunción.

El CIGChA, a través de un recorrido guiado por 7 ámbitos, muestra a los visitantes toda la magnificencia del ecosistema, la riqueza multicultural de las comunidades indígenas, y la diversidad de la fauna y la flora de la Región Occidental del Paraguay. El edificio de 1.800 m2 rodeado de paneles solares y árboles de samu’u, combina tecnología y arquitectura sostenible.

La puerta de acceso al majestuoso Chaco paraguayo es Villa Hayes, capital del Departamento de Presidente Hayes. Se destaca por la presencia de riachos, acompañados de bosques en galería y humedales estacionales que favorecen la presencia de vida silvestre y la producción ganadera. Ríos, esteros y lagunas caracterizan a esta tierra de palmares y bosques bajos.

La gastronomía se caracteriza por la comida típica de la región a base de carne estacionada (cecina), preparada de diferentes maneras en los restaurantes y bares a orilla de las rutas. En el departamento también se pueden apreciar algunos de los fortines militares, hoy convertidos en museos, que fueron escenarios de la contienda bélica entre Paraguay y Bolivia, entre 1932 y 1935.

El Departamento de Boquerón, con su capital Filadelfia, es uno de los más ricos en valores culturales e históricos. Posee reservas naturales, prósperas colonias menonitas organizadas en cooperativas, fábricas de lácteos, museos, centros de formación profesional, hospitales y asentamientos indígenas, que celebran cada año diferentes fiestas ancestrales recordatorias.

La comunidad menonita tiene gran incidencia en la región. Han establecido un sistema productivo importante para el Paraguay. En sus establecimientos cooperativos se genera el 75% de la producción láctea del país.

Los visitantes pueden encontrar alojamientos cómodos y buenos restaurantes con menú variado en las ciudades de Filadelfia, Loma Plata, como también en Mariscal Estigarribia y Neuland. Los contactos para estadías y excursiones pueden realizarse a través de guías locales o de las agencias de viajes situadas en Filadelfia y Loma Plata.

En las colonias menonitas, una experiencia ineludible es la visita a las fábricas que procesan los frutos silvestres para la elaboración de dulces. Además de valorizar los frutos chaqueños a través de la gastronomía, y de contribuir al desarrollo sostenible, generan impacto social. Las fábricas proponen sabores exquisitos y únicos e impulsan el trabajo de mujeres indígenas y pobladores del Chaco para revitalizar y dar a conocer los alimentos nativos. Su producción incluye mermeladas y jarabes de frutos poco conocidos como el tamarindo, chañar, mistol, molle negro, grosella, kinoto, tuna, harina de algarrobo, infusiones de frutos secos de grosella, y el condimento llamado merquén a base de ají del monte.

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El buceo en la exuberante naturaleza chaqueña, en su diversidad cultural y en su interesante historia no puede tener mejor epílogo que en el Departamento de Alto Paraguay. Gran parte de este territorio alberga el inmenso Pantanal Paraguayo, que forma parte del mayor sistema de humedales del mundo que se comparte con Brasil y Bolivia.

Es el hogar de más de 380 especies de aves, 55 reptiles, 37 anfibios, 173 peces y 114 especies de mamíferos. Entre estos se destaca el yaguareté (jaguar), una de las especies más emblemáticas del neotrópico, por ser el felino más grande de América, y por encontrarse en peligro de extinción.

Las aves son grandes protagonistas en el Pantanal, entre ellas, el colorido matico (Icterus croconotus) y el elegante jacamar (Galbula ruficauda) que asombra por sus brillantes colores. Las ciudades de Fuerte Olimpo y Bahía Negra están asentadas en la zona.

El Parque Nacional Defensores del Chaco alberga una rareza geológica: el macizo Cerro León, una formación montañosa aislada de unos 40 km de diámetro en la gran planicie chaqueña. Este sitio ofrece la oportunidad de explorar sus montes, cañadones y picadas, y toparse en cualquier momento con los más bellos ejemplares de la fauna chaqueña, como una manada de pecaríes (kuré ka’aguy), un imponente jaguareté (jaguar) o bandadas de aves.

Las especies más resaltantes de la fauna son el yaguareté (jaguar), gato onza, puma, tigrillo, yaguarundí, taguá, tatú carreta (armadillo gigante) y varias otras especies de armadillos, yurumí (oso hormiguero), mboreví (tapir), ñandú (avestruz), charata (faisán), varias especies de loros, mbói ro’y (boa), mbói chiní (cascabel) y teyú guazú (lagarto gigante).

La Estación Biológica Tres Gigantes, ubicada a 40 km del centro de Bahía Negra, sobre el río Negro, es el primer centro de investigación en el sector paraguayo del Pantanal, que comprende 15.000 ha, administrada por una ONG local. Es accesible únicamente por lancha, y todos los elementos necesarios para proveer de alimentación a los visitantes provienen de Bahía Negra. Conserva una representativa área del Pantanal.

El Departamento de Alto Paraguay es aún un lugar salvaje, por lo que los alojamientos y centros gastronómicos son escasos, y las visitas deben realizarse con agendamiento a través de agencias especializadas en las ciudades de Carmelo Peralta, Puerto Casado, Fuerte Olimpo o Bahía Negra.

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Naturaleza salvaje, el infierno verde

El Chaco, hasta hoy, es una tierra a ser descubierta. El Chaco Seco ofrece áreas silvestres protegidas, públicas y privadas, opciones de turismo rural en estancias o actividades específicas de observación de aves o mamíferos salvajes, que permiten apreciar la riqueza de su biodiversidad. Las cooperativas menonitas también administran sitios de gran interés para la observación de la flora y fauna.

Con una flora y fauna increíbles, en la región están clasificadas más de 2.000 especies de plantas. Aquí habitan nueve especies de armadillo (tatú), cinco especies de mono, y es el hábitat del mayor herbívoro terrestre de Sudamérica: el tapir. Además, las políticas de conservación hicieron posible que hoy proliferen el yaguareté (jaguar) y el conocido como león americano (puma).

En 1975, cuando se tenía por conocido casi todo del territorio chaqueño, se descubrió una especie de pecarí, llamado taguá, un animal casi prehistórico, que los científicos creían extinto.

Una de las actividades más requeridas por los visitantes es la observación de flora y fauna, especialmente de las aves migratorias en las lagunas saladas del Chaco Central. El sitio más conocido para esta actividad es la Laguna Capitán, a 35 km de Loma Plata, propiedad de la Cooperativa Chortitzer Komitee, pero habilitada para la observación con guías especializados.

En este sitio, en diferentes épocas del año, se pueden observar el flamenco, la garza, el karãu, la espátula rosada, el cisne coscoroba, el pato acollarado, el pato gargantilla, el playero pectoral, el playerito rabadilla blanca, el gallito de collar, el chinchero grande, la copetona y otras aves migratorias en peligros de extinción.

De acuerdo a la organización Guyrá Paraguay a lo largo y ancho del territorio paraguayo existen alrededor de 700 especies de aves que convergen en diversas ecorregiones. De ese total, unas 350 especies radican o utilizan el territorio chaqueño como lugar de desembarco en el largo viaje que realizan en meses de invierno desde el Norte del continente en busca de ambientes más cálidos hacia el Sur

Otros sitios preciosos para admirar la naturaleza chaqueña son el Campamento Yaragüi, a 90 km de Loma Plata, que cuenta con alojamiento, camping, lagunas naturales y una pasarela para visitantes; Campo María, aproximadamente a 80 km de Loma Plata, un lugar idílico que cuenta con la laguna salada con mirador, que se conecta con otras lagunas formadas por humedales. Su mirador facilita la admiración de aves desde una altura inusual.

También se puede visitar Chaco Lodge, declarado Sitio RAMSAR (Humedal de Importancia Internacional). Es una reserva natural de 2.500 ha en una propiedad privada habilitada para el ecoturismo, observación de aves, fauna y flora, tour fotográfico. Cuenta con un magnífico mirador. Meses ideales para la observación de flamencos es de mayo a septiembre. Está localizada aproximadamente a poco más de 60 km de Tte. Irala Fernández y a 110 km de Filadelfia rumbo sureste.

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